Blog de rosalia

Blog de rosalia

Blaise et Sonia

Me gusta abrir los libros por la mitad, coger transportes en marcha, empezar las conversaciones in media res. Prefiero las botellas sin llenar, las películas empezadas y los acordes centrales de la partitura. Siempre me fascinaron las carreras de relevos, las coreografías encadenadas y los eslabones que sostienen las caderas de los carruseles.

-Se-les... Écoute-moi... Sé

Lusaka

De niñas, podíamos ver la Estatua de la Libertad desde la “Punta da Barca”. Especialmente en los días despejados: mira, allí está el brazo, muy pequeño... ¡Ah sí!...

Para nuestra ilusión infantil, el Atlántico era un charco más en el que jugar y al que poder vaciarle el agua batiendo fuerte los pies.

Génesis

Cuando el paraíso perdió la condición eterna, artificial, mudamos el espacio de la fe por el del pensamiento; las edificaciones quiméricas por principios físicos; los estupefacientes por identidad. En cuanto derribamos el conformismo, encontramos la presente forma de existir y recobramos el valor de las variables empíricas. En cada momento desactivamos un barrote de la jaula que nos impusimos y, duda mediante, nos volvemos a reconstruir, una y otra vez.

Des-instrucción

Cada vez que la encuentres en la escalera, cambia de sentido y acelera escalones sin control, atragantándote con el afán de evitarla. En cuanto la pierdas de vista, vuelve a activar el refrigerador que garantiza la conservación de tu objetivo imperturbable. Ten por seguro que nada puede detener las decisiones tomadas, ingeridas, indigestas, inyectadas.

O sí?

A lo mejor, sentarse a pensar si subir o bajar no es tan mala opción.

Había una vez...

Había una vez un pueblo con nombre de árbol donde las niñas no temían al lobo porque se sabían más fieras que él. Como bellotas rebeldes, jamás seguían la trayectoria de la gravedad y ascendían por las paredes en un desafío de zarpas libres y pintaúñas al viento. La estela de su esmalte erigía cuadros desmarcados de las estructuras establecidas; murales que agrietaban los límites físicos para inaugurar otras realidades posibles.

Autumn Leaves

Tuvo que caer la última hoja para que se enterasen de que aquel cristal no era un espejo. Habían regado tanto el propio reflejo que habían ahogado los intervalos de la perspectiva. Incluso habían llegado a confluir el cuerpo en la imagen proyectada, anulando por completo la identidad: dos escupitajos en una ventana jamás abierta. Toda la vida buscando sin ver.

...

Y nosotros? Seremos capaces de reconstruir, pantalla a través, los ojos del otoño que nos mira?

Rosalía Fernández Rial